Aprovechando un viaje a un congreso internacional de enfermería en Singapur, el Consejo General de Enfermería (C.G.E) ha pedido, en declaraciones a los medios de comunicación, que se instaure la figura de enfermera jefe en el Ministerio de Sanidad con el “más alto rango” dentro de la administración sanitaria.
También proponen que se cree un cargo similar en cada uno de los gobiernos autonómicos.
Para avalar su propuesta aducen que en la Organización Mundial de la Salud (O.M.S), organización puramente sanitaria, existe ese cargo que ellos proponen para una organización política.
También han dicho textualmente que: “las enfermeras son las tituladas universitarias que más cercanía tienen con los pacientes y sólo con su presencia en la toma de decisiones se pueden mejorar ciertas carencias del Sistema Nacional de Salud”.
¡Juzguen ustedes!
Basta revisar las agendas de médicos y enfermeras de cualquier centro de salud, para desmontar esta última afirmación. Y lo de que su presencia en la toma de decisiones arregle ciertas carencias, tiene tela.
Una vez más el C.G.E. ha puesto en marcha toda su capacidad de propaganda intentando “vendernos una burra“ que nada tiene que ver con la realidad ni con la legislación vigente, esto en Medicina tiene un diagnóstico.
La ley 44/2003 de Ordenación de los Profesiones Sanitarias define claramente las competencias de la Profesión Médica y las de Enfermería. En resumen, establece que el médico es el principal responsable de coordinar la asistencia sanitaria y la información al paciente y es el que garantiza el cumplimiento de los derechos del enfermo.
Las funciones del cuerpo de enfermería se limitan a los cuidados propios de la profesión bajo la supervisión médica o bien mediante guías y protocolos consensuadas por ambas profesiones y de obligado cumplimiento para el enfermero, mientras que para el médico son de carácter orientativo.
Si pedimos que profesionales sanitarios con titulación universitaria ocupen obligatoriamente puestos ministeriales en función de sus conocimientos y cercanía a los pacientes; debemos, además de revisar las agendas de consulta, tener en cuenta los seis años de carrera, más cuatro o cinco años de especialidad para el ejercicio de la Medicina y, ¿Cuántos en enfermería?. Creo que lo lógico sería empezar por el primer escalón.
¡Lo que es… es! Como dirían los políticos, los miembros del CGE parecen que son olvidadizos.
No parece lógico que con los revolucionarios conocimientos que nos traerá la nueva Medicina Personalizada de Precisión en muy pocos años, estemos perdiendo el tiempo en “ pequeños asuntillos”, ni tampoco que vaya a cambiar el papel del médico o el enfermero, pero hay que informar correctamente.
Eso sí, los médicos deberíamos comenzar a ponernos en el sitio que nos corresponde y cuanto antes mejor.
Rodrigo Martín Hernández
Presidente del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife