– Una nueva evidencia científica apoya esta teoría.
Un estudio realizado en Dinamarca y publicado recientemente sugiere que las personas tatuadas podrían tener un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluidos linfomas, cáncer en sistema urinario y cánceres de piel no melanoma.
Como decíamos, este trabajo científico se ha publicado en la revista BMC Public Health. El estudio analizó datos de más de 2.300 gemelos, lo que permitió controlar factores genéticos y ambientales compartidos.
Este estudio representa una de las contribuciones más sólidas hasta ahora, al estudio epidemiológico del potencial carcinogénico de las tintas para tatuajes, y respalda llamamientos previos de agencias como: la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y la Comisión Europea para promover más investigación en esta área.
La Dra. Marina Rodríguez, dermatóloga, considera: “los resultados indican que los tatuajes de gran tamaño podrían duplicar o incluso triplicar el riesgo de cáncer de piel y linfoma. Aunque no se ha establecido una relación causal definitiva, los investigadores advierten que algunos componentes de las tintas, especialmente las negras, contienen sustancias potencialmente cancerígenas, como hidrocarburos aromáticos policíclicos, aminas y otros tóxicos con efecto carcinogénico conocido sobre nuestra salud.”
La dermatóloga Dra. Marina Rodríguez apunta: “los científicos responsables del estudio destacan la necesidad de más investigación, criterio que no quita relevancia, sino aporta un llamamiento a la prudencia, por lo que estamos obligados a llamar a la población a informarse antes de tatuarse para tomar la decisión con toda la información.
¿Qué debe saber la población?
Los tatuajes no son inofensivos: la tinta puede migrar a ganglios linfáticos y órganos.
El tamaño del tatuaje podría influir en el riesgo: los tatuajes grandes mostraron asociaciones más fuertes.
La evidencia aún es preliminar, pero suficiente para promover una actitud de precaución.
Recomendaciones de los investigadores
Se requieren más estudios para entender los mecanismos biológicos implicados.
Las autoridades sanitarias deben considerar campañas de información sobre los potenciales riesgos a largo plazo de la tinta de tatuaje.
Las personas que consideren tatuarse deberían informarse adecuadamente sobre la composición de las tintas y optar por profesionales certificados.
La dermatóloga Marina Rodríguez señala: “este estudio se enmarca en un creciente interés de la comunidad científica por evaluar los efectos a largo plazo de prácticas culturales comunes como el tatuaje, que hoy alcanza hasta el 40% de la población joven en países occidentales. Además, es relevante el dato de que el 60% de las personas tatuadas se arrepienten de la realización del tatuaje.”
Finalmente, la dermatóloga, Dra. Marina Rodríguez recomienda, a quienes consideran tatuarse que consulten con profesionales certificados, pregunten por la composición de las tintas y estén atentos a posibles cambios en la piel tras realizarse dichas técnicas, para en el caso de notar algún cambio significativo acudan a un especialista en Dermatología para descartar problemas mayores a largo plazo.